martes, 17 de junio de 2014

Realpolitik y hegemonía: a propósito de una lectura de Peter D. Thomas sobre la NEP

Mientras compañeros de más alta calificación dan cuenta de los avatares de la realidad argentina, los galos de Asterix seguimos con la tarea de "desmenuzar" el "marxismo de Peter D. Thomas", y su libro The Gramscian Moment, poco conocido en la Argentina, pero un best seller a nivel de la izquierda europea. 

En la conclusión de este post, hacíamos referencia a que la tendencia de Thomas (que exacerba a su modo la ya existente en Gramsci) de postular la hegemonía como "superación del plano económico-corporativo" entendida como una primacía unilateral de la política por sobre el peso social de la clase obrera, se expresa en su lectura de la NEP (Nueva Política Económica). Y accidentalmente, llegamos a un punto que une muchas aristas teóricas, programáticas y estratégicas. 

Thomas asimila la NEP a la política de Frente Único y plantea que la NEP no fue una mera "retirada" impuesta por las circunstancias sino un proyecto de hegemonía civil y política de la clase obrera rusa:


"... la NEP fue tanto una 'revolución cultural' como 'económica' que perseguía la renovación de las relaciones sociales (de producción  pero también otras relaciones sociales) sobre las cuales el Estado soviético se había fundado forzosamente. Fundamentalmente, esta NEP se basaba en la tesis de "primacía de la política", como el terreno de relaciones sociales transformadoras que podía proveer el dinamismo para superar las contradicciones económicas que amenazaban con destruir el flamante estado de los trabajadores" (The Gramscian Moment, pg. 236). 


El giro de la Tercera Internacional en 1921 hacia la política de Frente Unico para el movimiento obrero de Occidente coincide con la instauración de la NEP en Rusia, y ambas fueron respuestas a su modo al retroceso de la oleada revolucionaria que surge de la guerra y la revolución rusa. Una, destinada a ganar al movimiento obrero de Occidente para las posiciones del comunismo (empezando por la lucha común por cuestiones defensivas) y la otra destinada a revitalizar la alianza obrero-campesina, para consolidar el poder soviético a la espera de la revolución internacional. Pero así como el Frente Unico no es en sí mismo una política hegemónica (aunque puede ser el primer paso en ese sentido), la NEP tampoco  lo es y no casualmente los bolcheviques la presentaron como una "retirada táctica". 


En su Informe sobre la NEP soviética y la perspectiva de la revolución mundial, Trotsky explicó en qué sentido era la NEP una retirada. Contra los argumentos de la socialdemocracia europea que veía en la NEP una derrota de la revolución, Trotsky explicaba que el comunismo de guerra fue una política económica impuesta por las circunstancias de la guerra civil que subordinó las decisiones económicas a las necesidades militares. En este marco, Trotsky planteaba que la NEP era una política del estado obrero para avanzar en la "acumulación primitiva socialista", es decir no "la vía al socialismo" sino una política para sentar las bases de la reconstrucción económica del país bajo dirección de la clase obrera, cuyo carácter "socialista" se iría incrementando en la medida en que avanzara la revolución internacional, idea sintetizada por el propio Trotsky en ese informe: "Nuestra Nueva Política Económica está calculada para condiciones muy específicas de espacio y tiempo. Es la política de maniobra de un Estado obrero que se mantiene rodeado por el capitalismo y que apuesta al desarrollo revolucionario en Europa." 

En este contexto, se plantea la mil veces discutida cuestión de la hegemonía, antes y después de la toma del poder por la clase obrera. Y así como Trotsky dijera en La revolución española y sus peligros que el concepto de dictadura de proletariado no coincide mecánicamente con el de revolución socialista, otro tanto puede decirse de la relación entre dictadura del proletariado y hegemonía de la clase obrera en un país de desarrollo burgués "retrasado" que después de la toma del poder por el proletariado inicia su etapa de "transición" al socialismo (recordemos una vez más, siempre subordinada al curso de la revolución -o falta de ella- a nivel internacional).


Por eso, me parece que se podría pensar que el momento más "hegemónico" de la vanguardia de la clase obrera y los bolcheviques coincide con la toma del poder y el decreto agrario mediante el cual los bolcheviques lograron una base de masas para el nuevo Estado, que se expresa en la constitución de un Ejército Rojo de cinco millones de hombres (en su mayoría campesinos) y que posteriormente la "hegemonía" adquiere formas más precarias , propias de las condiciones de guerra civil y pos-guerra civil en que se desarrollan las relaciones entre el campesinado y la clase obrera. (Recordemos el sistema de contrapesos que planteara Lenin para asegurar la posición social de la clase obrera en el Estado obrero "con graves deformaciones burocráticas" al que hicimos alusión acá).


Desde este punto de vista, definir la NEP como una especie de revolución cultural o como la política hegemónica por antonomasia me parece un embellecimiento un tanto ahistórico de una realpolitik destinada a sostener un gobierno de la clase obrera que empezaba a perder el apoyo de los campesinos. Si bien el realismo político es condición necesaria para cualquier política "hegemónica", y aunque la NEP tuvo como complemento una ofensiva de los bolcheviques para fortalecer la construcción cultural, por todos los elementos planteados anteriormente, creo que sería más adecuado definir a la NEP como una realpolitik pre-hegemónica (es decir pensada para crear las bases para recomponer la hegemonía y no como expresión de la hegemonía como tal) en condiciones de existencia más o menos precarias del poder soviético. 


Porque si antes de la toma del poder una política hegemónica es aquella tendiente a que todos los oprimidos depositen sus esperanzas en la clase obrera como la única que puede dar una salida, en las condiciones de la "transición" una política hegemónica no es la que permite sostenerse en el poder a cómo dé lugar sino aquella que une las medidas "socialistas" con el fortalecimiento del peso social de la clase obrera en la sociedad de transición (por ejemplo una colectivización de la tierra con apoyo de los campesinos medios y pobres, al revés de la colectivización forzosa que hizo Stalin después de la Neo-NEP que defendiera con Bujarin hasta 1928-29). 


En este sentido, además de todas las críticas que hemos hecho en anteriores ocasiones al posicionamiento de Gramsci sobre el debate en la URSS entre la Oposición Conjunta y el bloque Bujarin-Stalin, cabe preguntarnos si "la hegemonía en régimen de NEP" de la que hablaba el comunista italiano, alguna vez existió, entre la realpolitik pre-hegemónica de 1921 y el "giro hacia el kulak" dado a la NEP a partir del surgimiento de la "teoría" del "socialismo en un solo país" en 1925, en un contexto en el cual las formas políticas de la dictadura del proletariado fueron cambiando a medida en que avanza el proceso de reacción social (Thermidor) desde 1924 con su consiguiente burocratización.


Por último, la postulación por Thomas de una teoría de la hegemonía entendida esencialmente como primacía más o menos unilateral de la política por sobre el plano social (que es el único nexo histórico real entre economía y política) termina exagerando el carácter "hegemónico" de la NEP al mismo tiempo que deja abierta la puerta para una interpretación de la hegemonía en clave del poder político basado en el consenso (criticada por el mismo Thomas como contraria al auténtico pensamiento de Gramsci). 

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