lunes, 17 de octubre de 2011

Mi Vieja

Es una fecha impuesta por el enemigo de clase, pero igual correspondía saludarla.

Mi vieja creció en un mundo que no existe más. Con el lechero, el camión de la perrera y el cine en continuado con "número vivo". Siempre que hablamos comentamos sobre libros y películas. Creo que es la única persona en el mundo que simpatiza con el personaje de "Citizen Kane". No tiene límite para el idealismo y posee un sentido de la lealtad absolutamente inflexible.

Ha tenido varias desilusiones provocadas por mí a lo largo de los años. Una de ellas fue cuando decidí no ir a la entrega de diplomas del colegio secundario, en repudio a las autoridades que habían consignado a uno de mis amigos como "un peligro para la sociedad". Otra fue cuando le dije que sus muy admirados samurais desarrollaban prácticas homosexuales, según consta en el Hagakure (que fueran una casta conservadora al servicio de los señores feudales no le parecía tan mal...)

Pero bue, en tren de emparejar un poco, cuando se recibió mi amigo Tito, que es economista, se lo llevé para saludarla y le dije, "vieja: como Tito es igual que un hermano para mí, hacé de cuenta que se recibió tu hijo".  A lo que me respondió: "mi hijo, en vez de haber leído todo antes de tiempo y negarse a ir a la facultad, debería recibirse él mismo y no por interpósita persona". Al final ¡nunca está conforme!

Los pocos logros que he tenido a lo largo de mi vida (nunca fui muy ambicioso y realmente no me parece un defecto) se deben a su influencia y la de mi viejo. Siempre me hizo el aguante y ahora toca prestar reciprocidad. En una de esas salgo mejor hijo de lo que parece...


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