jueves, 12 de mayo de 2011

Cristina contra Moyano o las vicisitudes del "modelo sindical argentino"



Dijo Cristina y La Nación lo difunde con cierto entusiasmo "Cuando a una organización sindical le importa lo que le pasa solamente a sus afiliados toma actitudes que termina perjudicando a la sociedad. Entonces deja de ser un sindicato para transformarse en una corporación". Hoy escuché en la radio que Tomada llama a desdramatizar las paritarias. Los gorilas del Diario Río Negro publican hoy una nota que dice Obreros de la poda piden nada menos que el 38% de aumento, tirándose en contra de trabajadores que ganan 90 mangos por día y laburan palo y palo. 

Hay un clima en el cual un amplio frente patronal que va desde el gobierno hasta las cámaras empresariales quiere aprovechar el desprestigio de la burocracia sindical para deslegitimar los reclamos obreros. Toman como ejemplo a Gerardo Martínez, a quién se menciona como candidato de los K para reemplazar a Moyano, que acepta mansamente un 25% de aumento. Y dado que esta vez no hizo campaña pública contra los inmigrantes, Martínez podría ser considerado un progresista K en lo sucesivo, nunca se sabe. 

La propia Cristina había ubicado a Pedraza como referente del mejor "modelo sindical" argentino. Ahora le soltaron la mano y se multiplican las tensiones con Moyano. Esto no impide que el gobierno aliente las causas penales contra los compañeros de Kraft, Zanon, Siderca, Fate o deje pasar los despidos como en Donnelley. Ni siquiera le da la personería a la CTA, lo cual no impide que Yasky se haga vocero del gobierno en los medios nacionales. 

Es decir, el gobierno quiere de mínima limitar el poder de Moyano, dándole más lugar a sus adversarios en la interna de la burocracia (Martínez) y de máxima correr el eje de poder de la burocracia hacia gremios con menos poder de negociación y  apoyarse en un sector todavía más dócil (lo cual es ya mucho decir), preparándose para lo que se viene y tratando de salvarle las papas a las patronales en las actuales paritarias. 

El kirchnerismo profundiza de esta forma la contradicción que tiene en la base obrera. No tiene una JTP que se pelee con la burocracia, sino una JSP que reivindica a Rucci y a Cristina al mismo tiempo. Recostarse sobre un sector todavía más empresario de la burocracia, no haría más que profundizar esta contradicción. 

En este marco, el sindicalismo de base empieza a tener muchos más oídos en todos los lugares de trabajo. Y el Frente de Izquierda y los Trabajadores tiene la posibilidad de constituirse en una herramienta que hagan suya miles de trabajadores que en todo el país empiezan a ver críticamente el giro a la derecha del gobierno. 


PD: No tomo en cuenta por ahora el coqueteo que hizo la Presidenta con la posibilidad de no ser candidata, porque por ahora no parece factible. Si eso ocurriera, se abriría una crisis política interesante. 

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